martes, 30 de diciembre de 2014

Imperfecta

- ¿Qué balance haces del año que se acaba? – escuchó que un amigo le preguntaba a otro en la barra de aquella cafetería.

No había sido el mejor año de su vida; tampoco el peor. A veces pensaba que ninguna de esas dos definiciones existía ni era real: creía en aquello de “no hay mal que cien años dure”, pero también en eso de que “nunca la alegría dura un día sin dolor”. Quizás, pensó, si me preguntasen lo mismo tendría que decir que fue un año más en el que, como siempre, hubo de todo: metas conquistadas y objetivos a medias – para el año que viene, se decía-; risas alegres y sonrisas forzadas, lágrimas que duelen y seriedad fingida; nervios y calma; tiempo perdido y tiempo que se perdió.

Hubo gente que la acompañó en bares a ratos; hubo gente que siguió haciendo un camino paralelo al suyo. Y luego estuvieron los amigos, los que se quedaron a esperar, sin mirar ni una sola vez el reloj, a que su vida estuviese en equilibrio; eran los mismos a los que no les importaba que su mundo se volviese del revés de vez en cuando.

Existió espacio para las letras, las palabras, los microcuentos y los cuentos. Y para la música. Y vivió instantes únicos; y momentos que no quería que volviesen a repetirse nunca y no por eso alcanzarían el rango de irrepetibles.

- Bueno ¿y cómo te gustaría que fuese el próximo? – preguntaba el mismo amigo empeñado en conocer el pasado reciente y las expectativas futuras del hombre que lo acompañaba.

En una mesa cercana siguió dueña de sus pensamientos, meditando la respuesta de una cuestión que no iba destinada a ella. Quería lo que todos: salud, encontrar un trabajo, seguir disfrutando. Quería eso, pero siendo ella. Quería viernes de gin tonics y domingos de poesía; quedarse perpleja mirando cómo rompen las olas en la orilla como si fuese la primera vez que veía el mar; y seguir contando días con las personas más importantes de su vida.

Esperaba que el nuevo año trajese una de cal y una de arena; un sí primero y después un no sé; un millón de dudas y otro millón de interrogantes; y el miedo de saber que no llegará nunca a saberlo todo…ni a aprenderlo.

Quería canciones para bailar y para emocionarse; besos que supiesen como el primero, e incluso como el último; y abrazos, muchos abrazos.

El próximo año intentaría hacer una nueva locura, y volvería a equivocarse, pediría perdón y perdonaría. Y rabiaría antes de elegir un camino por la incertidumbre de no saber lo que dejaba en el otro: el miedo a perder, o a ganar. Lo de siempre.


Quería, en definitiva, 365 días para seguir siendo imperfecta, como su vida, como la vida en general.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Invierno...

Imagino
Noches 
Venerables 
Invernando
En los 
Rincones de tu cuerpo,sabiendo que
No volverá a interponerse el
Ocaso entre nosotros

martes, 16 de diciembre de 2014

domingo, 14 de diciembre de 2014

¿Nos leemos?

He decidido lo que quiero que hagamos.

Quiero que nos miremos con la misma ilusión con la que observo las portadas de los libros de mi infancia, que recuperemos la inocencia y la ingenuidad; que volvamos a descubrirnos.

También tenemos que entusiasmarnos en cada caricia y tocarnos con similar delicadeza a la que ponemos cuando pasamos las hojas de un libro nuevo que no queremos deteriorar, o las de un libro antiguo por miedo a que se rompan, a dañarlo aún más.

Dejaremos a nuestras miradas que se devoren, como la poesía al alma (¿o era al revés? ¿Es el alma la que devora poesía? ¿Quién necesita de quién?), y nos sumergiremos en nuestras bocas como quien tiene una novela entre sus manos y decide vivir intensamente la historia, interpretando todos los personajes pero en su tiempo determinado.

Imaginaremos que nuestros lunares son páginas en blanco y encontraremos un relato para cada uno de ellos.

Seremos la biblioteca de las obras maestras, anónimas e inéditas; y tendremos teatro –prométeme que siempre habrá más comedia que tragedia-. Nos convertiremos en el título que estaremos dispuestos a leer a cualquier hora, en cualquier lugar y de todas las posturas.

Y nos taladrarán los versos; y nos tatuaremos besos.

Y ahora… ¿empezamos a leernos?

lunes, 1 de diciembre de 2014

Diciembre...

Duró aquello solo un 
Invierno.
C 
Inocentemente, o quizás no,
Entre tus 
Manos. Tú te
Bebiste los 
Recuerdos. Y ahora yo no logro
Encontrarme.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Algunos domingos son de poesía

A Karmelo Iribarren lo descubrí por esa manía mía de escuchar a cantautores que no solo cantan y escriben poesía, sino que también la leen, la disfrutan y la comparten. 
Este poeta escribe sobre lo difícil de forma sencilla y breve para que todos seamos capaces de llegar a emocionarnos con sus palabras. Y más complicado aún, para que nos paremos a reflexionar sobre las cosas más cotidianas: el amor, la amistad, el paso del tiempo, la vida...
Algunos domingos son de poesía y en ellos necesito a Iribarren porque me reconcilia con el mundo; y a veces, gracias a sus versos, llego incluso a entender cómo funciona.
El poema que aparece a continuación se llama Vuelve a intentarlo y es una de las pequeñas joyas que nos regala este poeta. 


VUELVE A INTENTARLO

Esas mañanas de domingo
en invierno,
a primera hora:

las calles recién regadas,
el aire fresco,
limpio,
el olor a cruasán de las cafeterías,
la locura
de los pájaros...

Como si la vida
te dijese:
mira, aquí me tienes,
vuelve a intentarlo.

viernes, 28 de noviembre de 2014

No supe ver...

No supe ver que mientras yo te dedicaba una historia, tú solo querías un microcuento.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Entre los adverbios...

Entre los adverbios allí y aquí había un camino de olvido y desencuentros por recorrer. Y superar.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Noviembre...

No
Olvides
Ver lo
Irrepetible 
En cada
Momento en el que nos
Besamos y
Revivimos
Esto que solo entendemos
                 tú y yo

jueves, 23 de octubre de 2014

No sé que me pasa contigo

No lo sé. No sé qué me pasa contigo.

Eres la pregunta que no resuelvo pero también todas las respuestas. Y no sé si me gustas más cuando vas entre signos de interrogación o cuando eres la explicación a todo.

Otras veces quieres hacer la revolución pero hay momentos en los que decides no ir a la batalla. Y tampoco sé si me gustas más cuando abanderas mil y una causas o cuando te quedas en la trinchera.

Puedes ser verano o invierno a partes iguales; y me siento igual de a gusto navegando en tu mar que derritiendo tu frío.

También el día y la noche. Y me encanta ver que el sol sale por ti e igualmente que me cuentes las estrellas.

Traes la nostalgia y la alegría. Con la primera me envuelvo en recuerdos; con la otra, me recreo en la felicidad como si el mundo fuese a acabarse hoy. O mejor, mañana.

Hay días en los que me esperas y días en los que tengo que ir a buscarte. Y me gustas de la misma manera en ambos casos porque solo yo sé lo que se siente en el camino que lleva hacia ti.

Y a veces solo dejas pasar un minuto entre la locura y la cordura; y yo me vuelvo loca. Y cuerda. Y otra vez loca.

Y eso es lo que me pasa. Que no sé qué me pasa contigo. 

martes, 21 de octubre de 2014

Fue algo así...

Fue algo así: del querer quererte al quererte sin amarte; del amarte sin querer a amarte. Sin más.

martes, 14 de octubre de 2014

Mientras yo intentaba...

Mientras yo intentaba componer una banda sonora para nosotros, tú huías de cualquier canción. 

jueves, 9 de octubre de 2014

Ese momento...

Ese momento en el que al mismo tiempo que un teléfono suena, un corazón comienza a vibrar. Ese momento. 

lunes, 22 de septiembre de 2014

Antes y después...

Es cierto, las cosas ya no volverán a ser como antes, pero todavía podemos elegir que sean como después.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Huellas

Me he chocado contigo en la melodía de algunas canciones y te he reconocido en los versos de decenas de poetas.

En otras ocasiones me he encontrado con tu sombra por cualquier calle o he creído que nuestras miradas se cruzaron por la madrugada.

Me ha parecido escucharte susurrar a mi lado al despertar un día de invierno y tus carcajadas han vuelto a colarse debajo de mis sábanas.

Te has sentado a mi lado de nuevo, y me has hablado, y he vuelto a rozar tu piel…

Y siempre ocurre lo mismo, aparece un nudo en el estómago y brota la nostalgia. Y siempre pasa lo mismo: nunca eres tú, son las huellas de tu paso por mi vida.

martes, 9 de septiembre de 2014

Y después de tanto tiempo...

Y después de tanto tiempo, tú sigues dándole vueltas al hecho de que tus medias verdades para mi fuesen siempre medias mentiras. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

Septiembre...



Sí,

Emigraré.

Pero
Inventarás
Elogios,
Me
Buscarás,
Recordarás
Encuentros...

viernes, 29 de agosto de 2014

Ahora no sé...



Ahora no sé 

si la culpa de que atracase en tu puerto

y me embarcase en tus labios 
fue del poniente o del levante...

martes, 26 de agosto de 2014

Oigo todos tus susurros...


Oigo todos tus susurros y hago música con ellos.

Veo cómo me observas mientras te miro.

Detecto el olor de tu perfume a kilómetros.

Toco tu piel sin cansarme.
Saboreo cada uno de tus besos...
Y así es como te quiero, con los cinco sentidos.

¿Sabes?..

¿Sabes? A veces ocurre...a veces no tengo que dormirme para soñarte

lunes, 21 de julio de 2014

Probamos todos los instrumentos musicales...



Probamos con todos los instrumentos musicales, 

pero nunca fuimos capaces de componer nuestra melodía.

lunes, 14 de julio de 2014

Estoy esperando que aprendas a leer entre líneas...



Estoy esperando que aprendas a leer entre líneas, 

para que ver si así descubres a quien dedico mis letras.

viernes, 11 de julio de 2014

A veces las cosas no funcionan...



A veces las cosas no funcionan. Y así es como funciona la vida...

(Y a veces es necesario que algunas cosas no funcionen, para que funcionen otras).

domingo, 15 de junio de 2014

Cuando creía que no podía perderme más...

Cuando creía que no podía perderme más, 
te encontré perdido y me perdí contigo, y en ti.
Y así andamos, perdidos y perdiéndonos.

Hoy mis alas...

Hoy mis alas me llevaron a los recuerdos de tu historia;
al volver entendí que cuánto más me alejo de ti, 
más alto es mi vuelo. 

domingo, 8 de junio de 2014

Me acordé de ti y tuve que escribir

Algún día, quizás debería contarte que en algunos momentos me acuerdo de ti. Llegas a mi pensamiento de la misma manera en la que apareciste en mi vida: de casualidad, sin esperarte, sin hacer el más mínimo ruido y, sin embargo, transformando mi desordenado desorden en un caos aún mayor.

También tendría que contarte que hay cosas que nunca te he dicho, que has sido protagonista de muchas escenas de esta película a la que a veces llamamos vida y que nunca te llamé para recoger los premios aun  mereciéndotelos todos.

Tal vez debería contarte que por esa falta de valor, a la que definimos cobardía, creo que eres mi ocasión perdida; y cuando pienso en convertir esa impotencia en valentía dejas de ser la ocasión perdida para ser la oportunidad que aún está por llegar.

Y si algún día alejo los miedos y reúno las fuerzas para activar ese verbo contar, aprovecharé para contarte que, a veces, cuando me acuerdo de ti tengo la sensación de que te echo de menos… y que, cuando me acuerdo de ti, necesito escribir.

viernes, 6 de junio de 2014

Ese momento...

Ese momento en el que yo empiezo a perderme en ti, 
y que es el mismo en el tú empiezas a ganarme la partida.

jueves, 5 de junio de 2014

Los dos sabemos...

Los dos sabemos que dejaré de esperarte,
me rendiré, pero sin prisas...
como el sol del sur cuando cae la tarde 

martes, 3 de junio de 2014

Hoy se vieron manifestaciones...

Hoy se vieron manifestaciones en las calles
y añoré aquel tiempo 
en el que tú y yo hacíamos la revolución
sin salir del dormitorio

domingo, 1 de junio de 2014

Como el sol y la luna...

Como sol y luna, 
como noche y día, 
como invierno y verano, 
como tú y yo
interrelacionados y, a la vez, tan independientes

sábado, 31 de mayo de 2014

Vienes y vas...

Vienes y vas,
vuelves y te marchas, 
te acercas y te alejas
...y eso es lo que me das:
sinónimos y antónimos

Suena una canción...

Suena una canción, 
palabras de una conversación, 
el brindis de dos copas, 
risas, 
y cuando te marchas todo se vuelve silencio

Ganas de un papel en blanco...

Ganas de un papel en blanco, 
de dibujarte con palabras, 
de acariciarte en oraciones, 
de volver a sentirte entre mis textos.

domingo, 4 de mayo de 2014

Una palabra para definirte

He intentado buscar una palabra para definirte y ningún diccionario es capaz de decir todo lo que eres…

Aquella que me abrigaba cuando yo aún no sabía lo que era la vida, y la que me sigue diciendo “cuídate”. A través de mis ojos de niña, la mujer capaz de solucionarlo todo; hoy, la que sigue teniendo un remedio para cualquier cosa.

La que mejor abraza, la que mejor cocina, la que es capaz de sacar una sonrisa en cualquier circunstancia, la que todo lo encuentra, la que sabe alcanzar o hacer lo que se proponga, la que no tiene miedo (y si lo tiene no lo demuestra), la que estaría dispuesta a atravesar el mundo solo por ti, la que no se rinde ni se da por vencida, la que no se cansa de luchar, la más trabajadora, la que sigue sorteando obstáculos. Y muchísimo más.

La que, por muchos años que pasen, seguirá sin querer que te roce el aire por si acaso te duele. La que es un ejemplo a seguir y da lecciones de vida a cada momento, sin proponérselo.

En ocasiones pueden sacarnos de quicio, pero siempre se mostrarán orgullosas, honestas, leales. El apoyo incondicional; incluso cuando no escuchamos su consejo… Y si lo que tenía que salir bien sale bien, bastará una mirada cómplice para entender que la felicidad es compartida (y no la habrá más sincera); y si sale mal, la mano que nos ayudará a levantarnos de la caída, las manos que recompondrán los pedazos que se rompieron hasta volver a ser los que éramos, los que tenemos que ser, los que queremos ser.

El origen de todo, de la vida, de nuestra vida. Ellas. Las madres. Los faros que nunca se apagan para que así nosotros hallemos el camino por el que tenemos que ir.

 Ella. Mamá. A la que le debo tanto que no me cabe en una sola vida…

A la que siempre podré volver. De la que nunca me iré del todo.

P.D. Y ella, también, mi columpio…
“Tú eres el otro sol, el que más hace falta, tú eres un salvavidas y a la vez eres el agua”.


miércoles, 23 de abril de 2014

Las páginas de un libro

El peculiar olor de las páginas de un libro nuevo; o el de un libro ya antiguo y cuyas páginas sabes que han acariciado anteriormente algunas de las personas que más has querido. La maravillosa sensación de envolverte en un libro escuchando las olas del mar de mi sur. Esas tardes de verano… O aquélla sensación de las tardes de invierno envuelta en una manta escuchando la lluvia que golpea en las ventanas. El refugio de los domingos perezosos y que, a priori, iban a ser tan aburridos.

Páginas de libros que se llenan de verbos: reír, llorar, amar, sentir, olvidar, perdonar, querer, descubrir, recordar, viajar, temer, pasear, aprender, compartir, disfrutar, charlar, escribir… Leer.

Leer para entender qué es el pasado, cuál es nuestro presente y dónde podría estar nuestro futuro.

Leer para alcanzar fantásticos mundos y reconocer los lugares que tuviste la suerte de visitar en alguna ocasión.

Leer para pasar el tiempo; y para cobijarte y que el tiempo pase.

Leer para experimentar aventuras, amores que quizás nunca conozcas, tramas en las que no te verás envuelto…o sí. Eso depende solo de ti, de la intensidad con la que decidas formar parte de esas páginas, de tu deseo de ser protagonista.

Leer para conocer personajes y entender a las personas.

Leer para decidir.

Leer para vivir. Leer para ser feliz.


Las páginas de mis libros, al principio, solo tenían dibujos. Después hallé letras que se fueron uniendo hasta formar palabras, frases, textos y, finalmente, historias.

sábado, 19 de abril de 2014

Si alguien llama a tu puerta




Leí algunas de sus obras más importantes y muchas de sus frases y citas se me clavaron en la cabeza y el corazón regresando en algunos momentos de mi vida. Seguro que seguirán volviendo. Y ese es el alivio que nos queda ahora: las palabras de los genios son inmortales. Igual que ahora lo será él. Hasta siempre, Gabo. 







Si alguien llama a tu puerta, amiga mía, 


Y algo de tu sangre late y no reposa 

En su tallo de agua, temblorosa, 

La fuente es una líquida armonía. 

Si alguien llama a tu puerta y todavía 
Te sobra tiempo para ser hermosa 
Y cabe todo abril en una rosa 
Y por la rosa se desangra el día. 

Si alguien llama a tu puerta una mañana 
Sonora de palomas y campanas 
Y aún crees en el dolor de la poesía. 

Si aún la vida es verdad y el verso existe 
Si alguien llama a tu puerta y estás triste, 
Abre, que es el amor, amiga mía.

miércoles, 2 de abril de 2014

¿Desea eliminar definitivamente...?

Me empeñé tanto en la tarea de borrarte que no valoré las consecuencias.

Así, una mañana al despertarme no me acordaba de esas fechas importantes que señalábamos en el calendario, la marca de tu perfume y tus canciones favoritas.

Sentí alivio al pensar que podría haber sido peor. Podría haber olvidado cómo sonaba tu risa, el color de tus ojos o la textura de tus labios.

Y es que nuestro corazón es a veces como la papelera de reciclaje de nuestro escritorio, y ni la razón puede imponerse a la hora de eliminar definitivamente algunos recuerdos. 

Ese maldito miedo al vacío. 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Hoy

Hoy buscaría en alguna librería un título con el que seguir llenando tu biblioteca. Y esperaría con ansia ese abrazo y ese beso feliz y de inmenso orgullo, únicos.

Hoy me sentaría contigo para indignarnos juntos por este mundo que me rodea; o para hablar de cosas más agradables y que llegaron a mí gracias a ti, como el Carnaval o los Viernes Santos.

Hoy también podríamos escuchar a Sabina o Serrat, a Joe Cocker o los Beatles. O quizás podríamos ver esa película que adorabas y cuyo título se me quedó grabado como un lema que intento tener presente siempre: “¡Qué bello es vivir!”. Sí, qué bello es vivir a pesar de todo, incluso cuando la vida duele, porque es señal de que estamos viviendo.

Hoy podríamos hacer una lista de las cosas que nos quedan por hacer, te contaría un secreto, o algún quebradero de cabeza, y esperaría tu consejo, o que me acurrucases y me salvases de todo.

Hoy rememoro los cuentos que inventabas para mí, sin princesas ni príncipes, y con los que era imposible no sonreír. Hoy agradezco que me dejases dos aficiones convertidas en pasiones; son palabras que describen mi mundo: leer y escribir.

Hoy, como todos los días, te pienso y recuerdo como un buen hombre, un ejemplo, irrepetible e inolvidable. Hoy entiendo que te debo a ti todo lo que soy.

Hoy, como todos los días, daría mi vida por un ratito contigo, aun sabiendo que ese hoy que sigo soñando, hace mucho tiempo que dejó de ser posible.

Hoy, como todos los días, reúno tus ganas de vivir y las junto con las mías y, así, aprendo la lección: hay que seguir caminando.


P.D. Hace unos meses leí la siguiente frase en un libro y la guardé porque resume mucho de lo que siento. Hoy la comparto: “Papá me dejó cosas que solo con el tiempo he sabido entender…Él era, y es, el hombre de mi vida”. 

viernes, 31 de enero de 2014

Carnaval, porque sí

No puedo fechar un comienzo. Si busco en mis recuerdos aparecen las finales largas y resuena aquello de “ay qué casualidad, ahora una guerra mundial…” de uno de los más legendarios cuartetos, Tres notas musicales. Sé que canturreaba el estribillo de Las viudas de los bisabuelos del 55 (“si el viejo levantara la cabeza…”) y tengo la certeza de que me aprendí enterita las letras de Una chirigota con clase porque la cinta de cassette sonó durante meses en mi casa. Entonces los coros me parecían extraordinarios y las comparsas me resultaban demasiado tristes…

Muy pocos días después de que Los Yesterday marcasen un antes y un después en mi vida, el mundo quiso que me pelease con él y, de algún modo, se llevó también la afición que por entonces nacía. No dejé de escuchar carnaval ni de aprenderme letrillas, pero tampoco puedo datar cuando se convirtió, ya sí y a pesar de los pesares, en una inmortal locura.

Hoy, el arte de los coros me sigue pareciendo magistral, he comprendido que el oficio de ser cuartetero es de los más complicados en Carnaval, me sigue maravillando el ingenio de las chirigotas y aquellas músicas y letras que me parecían tan tristes dejaron de serlo para formar parte de la banda sonora de mi vida.

Decidí Carnaval porque sí. Porque me acompañó mientras me levantaba de algunos golpes, porque celebré a ritmo de 3x4 muchos de mis triunfos, porque dieron un toque revolucionario a mi personalidad, porque me mostró que una misma realidad tiene muchos puntos de vista, porque si al periodismo le pusiésemos música tendría que sonar así. Carnaval porque convierte personas y momentos en imborrables, porque me emociona, porque no deja de sorprenderme, porque critica, porque no se calla, porque suena a libertad y porque con él me enamoré de una ciudad que me enseñó que hay atardeceres que no se pueden pagar con nada. Carnaval porque es sinónimo de Cádiz –y eso lo resume todo –.

El último día de enero nos va a regalar el inicio del COAC;  vuelven los nervios y las emociones, las ganas de disfrutar. Haya quien haya, porque todos los que pasaron alguna vez por el Gran Teatro Falla hicieron tan grande el Carnaval que hoy éste no se limita a ningún nombre ni ningún apellido. Afortunadamente (aunque a veces nos pueda la nostalgia y echemos de menos a quienes no quisieron o no pudieron estar).

Llegó el momento de poner el contador de los sentimientos a cero y dejarse llevar… Febrero vuelve a venir meciéndose en coplas. Después será el turno de la calle, de contagiarse de risas y alegría, de inyectarnos de la energía que solo algunas cosas de la vida saben dar. Y cuando se cierre el telón y vuelva la rutina, yo volveré a pensar: a ver cómo te agradezco cada sentimiento que me diste, que me das. A ver si algún día encuentro las palabras exactas y logro darle significado a esta pasión llamada Carnaval.