lunes, 30 de marzo de 2015

Tú pidiendo una tregua...

Tú pidiendo una tregua,
yo sin querer poner fin a la guerra.
Tú enseñando la bandera blanca,
yo en la trinchera, a punto de disparar.
Y al final sucedió lo que imaginaba:
abandonaste el campo de batalla,
pero fui yo la que se rindió.

lunes, 23 de marzo de 2015

Primavera...

PRIMAVERA

Se esta colando la primavera en el calendario
y aún no ha terminado de salir el invierno de mi cama.



Comparten el mismo número de letras.
Primavera. Felicidad.
Y también las une algo más:
ninguna de las dos termina de llegar.

Tú, mi adicción...

Tú mi adicción.
Una noche contigo paliaba mi síndrome de abstinencia.
Ahora no estás.
Me falta una dosis de algo y no sé de qué.
Ni por qué. 

jueves, 19 de marzo de 2015

Voy a seguir escribiéndote...

Yo pensaba que siempre sería la protagonista de tus escritos o que todas las páginas en blanco que rellenases me las dedicarías. Y fíjate, soy yo la que no deja de escribirte porque esta es la única manera que se me ocurre para que nuestra historia de amor, del amor más puro y verdadero que existe, no se acabe nunca. A pesar de la muerte. Y a pesar, también, de la vida.

Así, rodeada de letras es como más te siento. Te encuentro en las obras de García Márquez, Cortázar o Javier Marías. Y, en ocasiones, la biblioteca que hiciste para mí me regala frases señaladas en inesperados libros que me cuentan cómo te sentías entonces, cómo pensabas, tus miedos...

Estás también cada Febrero: en cada copla una emoción diferente y el recuerdo de que esa pasión te la debo primero a ti. Se manifiesta entonces el dolor porque nunca pudimos compartir una noche interminable entre ladrillos coloraos. Y aparecen las promesas que me hice: voy andar todos los caminos que inventamos juntos aunque no sea de tu mano. Todos. Como hasta ahora he intentado hacer.

Me acuerdo también que me enseñaste que las pequeñas dudas la resolvían los diccionarios y aprendí que para los grandes interrogantes a veces ni si quiera una vida entera es suficiente. Nos faltaron verbos que usar juntos y conjugaciones. Nos faltó tiempo. Y no solo tiempo verbal. Por eso no voy a dejar que te falten relatos y versos. Seguiré lanzando besos por si los recoges y le guiñaré un ojo a las estrellas por si al final, como creo, te apropiaste de alguna.


Suena Sabina. Te imagino en la habitación de al lado haciendo tuyas las palabras del maestro. También tu voz era peculiar y cantaba dejándose llevar sin importarle cuán alto estaba haciendo sonar la música. Aquellos últimos tiempos nosotros seguíamos deleitándonos con el disco Yo, mi, me, contigo y repetíamos eso de: "y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres...". Luego descubrí que de amor uno no se muere, aunque sobren las ganas alguna vez, así que tiempo después me puse a escuchar el álbum 19 días y 500 noches y en una de sus canciones di con una frase que te dedico a cada momento: y es que es verdad "que todos los días tienen ese instante en que me jugaría la primavera por tenerte delante".

domingo, 15 de marzo de 2015

Retrato de algunos domingos

Domingos que no amanecen hasta el mediodía,

con regusto a la amarga ginebra de la noche anterior;

los ojos rojos por el humo de los cigarrillos,

el cansancio de una noche en la batalla

y un arsenal de promesas que en seis días se incumplirán.

Ganas de nada -mucho menos de pensar sin pensar en ti-.

A pesar de la desgana leo en la prensa que la vida sigue igual,

o peor, que el mundo no se paró y que siguen en pie los corruptos

mientras que aquí y allí continuan cayendo los míos.

Escucho música para amansar a la fiera que se instala cada domingo en mi,

esa que se arrancaría la piel y entregaría el corazón,

la misma a la que le falta el aire cuando acaba la semana

y no termina de encontrar el lugar y el tiempo para ser feliz.

Justo cuando empiezo a pensar que las sábanas vuelven a estar frías

y van a vengarse de mi desorden llevándome a un lunes que es siempre caótico

aparecen las musas para recordarme que anoche bebía con amigos

y hoy van a ser ellas las que me sirvan las copas,

esta vez llenas de letras.

Con una luna distinta y distante, me traen esta madrugada

las palabras que fui incapaz de decir ayer,

las frases que no pude construir el pasado mes,

los poemas que nunca había llegado a componer.

Me faltan hojas en blanco, velocidad para escribir,

memoria para almacenar tantas ideas...

De pronto me paro y pienso: siempre tuve razón,

los domingos de resaca son inspiradores.

Quizás por eso me emborracho los sábados,

para embriagarme de nuevo los domingos.

viernes, 13 de marzo de 2015

La felicidad tiene tu nombre

La felicidad tiene el nombre de un continente, de un trozo de la Tierra con atardeceres indescriptibles y con pueblos que cada amanecer sueñan con un despertar. Un continente que al Norte tiene el Atlántico, un océano de esperanza que lo une con mi sur; y desde el sur anhelo su norte y si alguna vez alcanzo el norte sentiré nostalgia del sur.

La felicidad tiene el nombre de un país, un espacio sin fronteras, con democracia y libertad. Un país sin himno pero con bandera, de color blanco, y que tendrá inscritas en tonos azules dos palabras: respeto y tolerancia.

La felicidad tiene el nombre de una región con un alma tan inmensa que parece infinita. Guarda las huellas de las civilizaciones anteriores para que no se pierda el pasado y apuesta por un futuro de metas alcanzadas. Y entre el pasado y el futuro prevalece el presente de sus pueblos y los sueños posibles de sus ciudadanos.

La felicidad tiene el nombre de una ciudad, un lugar habitado y habitable, con monumentos con historia y bloques de pisos con historias; y con edificios públicos con mucho cuento. Una ciudad con avenidas que piden ser atravesadas en un coche con las ventanas abiertas, y con calles estrechas a las que regresamos para renovar las promesas que nunca cumplimos y hacerlas así inmortales.

La felicidad tiene tu nombre porque eres el lugar que guarda mi continente, mi país, mi región y mi ciudad soñadas. Y eres tú la playa donde tumbarme a esperar que llegue el verano, la cueva en la montaña donde resguardarme del frío del invierno, el parque desde donde veo cómo caen las hojas de los árboles en otoño y el mes de abril que resucita cada día a la primavera.

La felicidad tiene tu nombre porque eres el punto de partida y el de llegada. Tú, el destino de todos mis viajes.

Y yo, sin saberlo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Niveles del dolor

El pinchazo con una aguja o un pellizco en el brazo:
dolor breve, y leve.

El metafórico puñal por la espalda,
la traición de un amigo:
dolor intenso.

El beso que no te daré mañana porque esta noche se cuenta por horas
y nunca se convertirá en eternidad:
Amar duele.

No volver a verte nunca jamás.
Maldita la palabra sin solución ni recuperación. Muerte:
Dolor irreparable.

lunes, 9 de marzo de 2015

Juegos

Te encontré.

Pensaba que jamás conseguiría hallar la pieza que le faltaba a mi puzzle. Y no me equivocaba; de hecho, por más que busqué bajo el sofá no di con ella. Venía defectuoso de fábrica.

Pero ahora que estás tú he cambiado el lugar en el que entretenerme y también el juego. Estamos en el casino y me he convertido en la banca. Sí, la que siempre gana. 

domingo, 8 de marzo de 2015

Ese te echo de menos...

Ese "te echo de menos" que sirve para eliminar cicatrices
y, al mismo tiempo, abrir heridas. 

Términos lingüísticos 2

Lo fácil que era conjugar el presente -te quiero-
y lo que me resigno al pretérito imperfecto -te quería-.

jueves, 5 de marzo de 2015

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas

Hace tiempo que no recomiendo un libro aunque no ha sido por falta de lecturas
porque igual que puedo pasar semanas leyendo solo prensa o versos de nuevos poetas, cuando me animan las novelas soy capaz de enganchar una detrás de otra.

He de reconocer que el libro de Laura Norton al que estoy dedicando estas líneas me despertó interés porque su título hizo que se me escapara una sonrisa y pensase "anda que es mentira". No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas podría no haber resultado atractivo más allá de la portada pero es una novela simpática con algunos momentos incluso de carcajadas. Y hay que reírse, es una necesidad diaria.

Además una se encuentra en sus páginas situaciones que de tan disparatadas podrían llegar  a parecerse a la vida misma porque, en ocasiones, la realidad nos parece surrealista y es porque realmente lo es. Y se muestra tan similar a la vida que en aquellos casos en los que las cosas van mal pueden ponerse aún peor. O no.

Muy entretenida y con pequeñas dosis de emoción, me quedo como siempre con una de sus frases que dice algo con lo que yo he estado de acuerdo a ratos porque es igualmente cierto que no siempre ocurre así: 

"cuando una da un paso valiente, a la vida, al destino o la suerte le da por seguirte la corriente y te facilita las cosas"

domingo, 1 de marzo de 2015

Marzo

Llega el tiempo de sosiego y crees que la paz también está a la vuelta de la esquina;

confías en que llega el turno de que el martillo de los recuerdos deje de golpearte,

que las palabras de aquellos mensajes a los que te aferraste van a empezar a perder la tinta

y que aquella música ya nunca más será la que escuches en busca de emoción.

Eso piensas.

Luego, cuando paseas, encuentras huellas que te resultan conocidas,

y la oscuridad te teletransporta a las noches de encuentros y desencuentros,

terminas imaginando que regresan los susurros que tanto decían al resto del mundo

y vuelven también las miradas que delante de todos, solo pertenecían a dos.

Entonces te das cuenta de que aunque la calma ha vuelto, el invierno no se ha marchado,

y apuras los últimos días de frío antes de que el sol de marzo te haga ser consciente

de que tu sombra te acompaña y, a veces, no necesitas nada más.