miércoles, 30 de diciembre de 2015

La vida sigue y seguirá (casi) igual

Hemos comenzado la cuenta atrás de una cuenta hacia delante. Y lo hacemos con una ilusión y expectativas enormes; puede que hasta lleguemos a creernos que dentro de dos días, cuando nos levantemos, todo habrá cambiado. Y no será así; ni si quiera los tópicos y típicos propósitos nos harán a nosotros diferentes.
Pero no hay que perder la esperanza porque seguro que en algún momento vendrán las mudanzas, las reformas y las oportunidades. Aunque tampoco nos libraremos de las batallas. Porque cada año, como cada día (e incluso cada hora) es una mínima expresión de la vida y en ellos celebraremos victorias y tendremos que asumir derrotas, olvidaremos lo que siempre prometimos recordar y aprovecharemos y transformaremos en experiencia cada momento que nos regaló nuestro paso por este mundo.
En 2015 yo aprendí, o decidí, ser feliz; y fuera como fuese dejé de tenerle miedo a pronunciar la palabra felicidad. He decidido disfrutarla cuando esté para no lamentarme cuando se marche...porque de lo que sí estoy segura es que no es eterna: no se queda a vivir infinitamente con nadie; por nada.
Aquello de "el momento es ahora" se ha hecho realidad y me ha brindado un final de 2015 tan bonito que ha borrado lo inservible para dibujar caminos que llevan a horizontes nuevos que parecen maravillosos. Así que voy a seguirlos mientras el destino quiera, que para eso se hizo también la vida: para no dejar nunca senderos por explorar.
¡Salud!

martes, 29 de diciembre de 2015

Todo está a punto de convertirse...

Todo está a punto de convertirse en pasado.
Todo menos tú, 
con quien solo se me ocurre conjugar en presente y futuro.
Y sin condicionales.

Sus vidas eran un ir y venir...

Sus vidas eran un ir y venir:
se cruzaban tantas veces
que en extrañas ocasiones coincidían

Invierno

Imaginemos
Nuevos
Vientos e
Inventemos que
Estamos
Remando contra la
Nostalgia que nos
Oprime...y nos une

Definición de distancia salvable...

Definición de distancia salvable:
estar a 3 centímetros de tu boca

domingo, 20 de diciembre de 2015

Algún día llegará ese abrazo...

Algún día llegará ese abrazo especial,
de esos que son tan fuertes que hablan,
y te dirá qus no quiere dejarte escapar.
Y, en ese mismo instante, 
tú te vas a olvidar de tus ganas de salir huyendo. 

Desde que mis latidos...

Desde que mis latidos te piensan
mi corazón ha dejado de estar deforme...
                                                                                                       por el pasado

Si me cubres de besos...

Si me cubres de besos
te empapelaré el mundo con versos.

Eres el precipicio...

Eres el precipicio por el que estoy dispuesta a caer,
la (pen)última carta que me queda por jugar,
el único horizonte que todavía no he conquistado.
Y estoy a punto de alcanzarte.
Te toca a ti: no te muevas.

Aunque no lo creas...

Aunque no lo creas,
a mi también me sobran -y me faltan- las palabras por momentos.
Así que acepto tu propuesta: 
dejemos que el silencio se interponga entre nosotros
y que sean nuestras miradas las que hablen por los dos. 

Pongamos un reloj entre nosotros...

Pongamos un reloj entre nosotros
y agotemos las horas.

Dejemos sin días al calendario.

Ahoguemos la sed.

Saciemos las ganas.

Y cubramos nuestras heridas de marcas nuevas:
la de tus labios en mi piel,
la de mi boca en tu cuerpo.

Las vueltas que da nuestra cabeza...

Las vueltas que da nuestra cabeza no se pueden controlar
y, a ratos, es horrible.
Otras veces mis pensamientos solo giran en torno a ti.
Y entonces...
Entonces es maravilloso.

No te has dado cuenta todavía...

No te has dado cuenta todavía,
pero tienes tanta luz
que hasta la luna llena
te contempla con envidia.

Si tuviese que asociarte...

Si tuviese que asociarte a un color serías azul.
El azul inequívoco del mar.
Porque también quiero volver a ti todas las estaciones, meses y días.
Y anhelo dibujarte una orilla
donde pasar las horas que le quedan a mi reloj.
Pero, sobre todo, porque contigo me pasa como con el mar:
nunca me canso de contemplarte.
                                    Escucharte.
                                    Sentirte.

Y yo, que siempre estuve en contra...

Y yo, que siempre estuve en contra de los sobresaltos
estoy deseando que atraques en mi vida
y formes en ella una revolución. 

Dice el termómetro...

Dice el termómetro que es tiempo de dormir juntos,
que vienen meses de estar abrazados
y pasar horas compartiendo secretos bajo las sábanas.

Dice el termómetro que ha llegado el tiempo de acortar distancias...
                                                                                                  y acercar posturas.

Ojalá no te escurras...

Ojalá no te escurras como el agua entre las manos.
Ni se le caigan letras a tu nombre
y no pueda construir ninguna palabra con las que resten.
Ni te borres, como ocurre con algunas huellas.
Ojalá...ojalá, felicidad.

¿Por que no soplas las nubes...?

¿Por qué no soplas las nubes con fuerza
y me dejas el cielo despejado?

¿Por qué no te acercas, mucho,
hasta subir la temperatura de mi vida?

¿Por qué no vienes
y haces de este casi invierno
una primavera infinita?

Si te atreves a lanzar...

Si te atreves a lanzar la primera palabra,
yo prometo completar el resto de la historia.

Echaste alcohol sobre aquella herida...

Echaste alcohol sobre aquella herida, todavía abierta.
A mi se me olvidó ponerle hielo.
Ahora entiendo por qué sigue quemando.

Felicidad es mirarte a los ojos...

Felicidad es mirarte a los ojos
y que desprendas luz aun cuando la oscuridad no puede ser más negra.

Y es también no querer viajar a la playa
porque tu boca es tan océano
que si me sumerjo en ella voy a regresar con sal en la piel.

Felicidad es imaginar como será
aunque todavía esté de camino...

Es difícil de entender...

Es difícil de entender
y aún más de explicar
pero a mi lo que me mantiene cuerda es tu locura.

Estoy esperando que aprendas...

Estoy esperando que aprendas a leer entre líneas
para que descubras a quien dedico mis letras.