miércoles, 12 de octubre de 2016

Metamorfosis otoñal

Las calles empiezan a beberse el otoño y los árboles mudan lentamente su color antes de que sus hojas formen un manto en el suelo.
Mientras, la metamorfosis del cuerpo y el alma: se nos escaman los poros de la piel y se nos hiela el corazón. Y, a ratos, ni el calor del sofá nos cura el hastío y la soledad.

Brotan los recuerdos creyéndose primavera aun cuando no son más que nostalgia.
Se nos enfría la mirada tras un cristal que ofrece también una vida aparentemente congelada.

Las palabras se quedan mudas al tratar de articularse en mi boca, pero no se niegan a la idea de quedarse impresas en un cuaderno de notas. Y así, la caligrafía imperfecta de todas estas letras conforman el relato de una tarde cualquiera en un otoño incipiente. 

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