miércoles, 30 de diciembre de 2015

La vida sigue y seguirá (casi) igual

Hemos comenzado la cuenta atrás de una cuenta hacia delante. Y lo hacemos con una ilusión y expectativas enormes; puede que hasta lleguemos a creernos que dentro de dos días, cuando nos levantemos, todo habrá cambiado. Y no será así; ni si quiera los tópicos y típicos propósitos nos harán a nosotros diferentes.
Pero no hay que perder la esperanza porque seguro que en algún momento vendrán las mudanzas, las reformas y las oportunidades. Aunque tampoco nos libraremos de las batallas. Porque cada año, como cada día (e incluso cada hora) es una mínima expresión de la vida y en ellos celebraremos victorias y tendremos que asumir derrotas, olvidaremos lo que siempre prometimos recordar y aprovecharemos y transformaremos en experiencia cada momento que nos regaló nuestro paso por este mundo.
En 2015 yo aprendí, o decidí, ser feliz; y fuera como fuese dejé de tenerle miedo a pronunciar la palabra felicidad. He decidido disfrutarla cuando esté para no lamentarme cuando se marche...porque de lo que sí estoy segura es que no es eterna: no se queda a vivir infinitamente con nadie; por nada.
Aquello de "el momento es ahora" se ha hecho realidad y me ha brindado un final de 2015 tan bonito que ha borrado lo inservible para dibujar caminos que llevan a horizontes nuevos que parecen maravillosos. Así que voy a seguirlos mientras el destino quiera, que para eso se hizo también la vida: para no dejar nunca senderos por explorar.
¡Salud!

1 comentario:

  1. Una vez más te comento emocionado en tu última (o penúltima) entrada del año. Agárrala, agárrala bien y no dejes que se escape hasta que ella decida irse, porque la felicidad es una compañera caprichosa. Es el significado más bonito del "carpe diem".

    ¡Salud por ti también!

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