sábado, 29 de junio de 2013

Hablando de besos


Un beso es solo una muestra de cariño. No tiene porque ser el principio ni el final de nada, aunque en ocasiones nos sirva para decir bienvenido o adiós. A veces es una necesidad, otras el fruto de la curiosidad, puede ser un ejemplo de rebeldía, e incluso un acto de egoísmo o de traición. Puede fingirse o darse desde el alma.

Pero cuando a un beso le precede una sonrisa cómplice, un deseo interior, pasional, empiezas a ser consciente de que esa caricia entre vuestros labios te va a terminar desmontando, vas a perder el control y ya no valdrá de nada que uses tu lado más racional. Y entonces... entonces lo único que te queda es dejarte llevar.


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