lunes, 26 de octubre de 2015

Tras muchos tachones...

Tras muchos tachones, 
búsqueda de palabras en el diccionario,
destierro de los antónimos
y cambio de caligrafía
me di cuenta de que solo había una manera
de conseguir que la historia fuese diferente:

escribiendo sobre un folio en blanco.

¿Y si coordinamos...? Términos lingüísticos 6

¿Y si coordinamos oraciones independientes 
que tengan como sujeto "tú" y "yo"
y empezamos a hacer sintaxis?

Insisto...


Insisto. 

Me pido amanecer contigo cada día. 

Da igual la hora en la que salga el sol

y el lugar donde lo contemplemos.

¿Recuerdas cuanto te propuse...?


¿Recuerdas cuándo te propuse 

contemplar todos los atardeceres del sur del sur juntos? 


Pues permíteme que ahora me pida también 

los amaneceres que acontecen un poco más al norte.

Si escuchas atentamente...

Si escuchas atentamente 
te darás cuenta que mi corazón hace música 
cuando te acercas.

Llevo por bandera...

Llevo por bandera
la camisa que arrojas cuando la pasión se desborda.

El idioma que defiendo
es el que hablan nuestras lenguas cuando se entrelazan.

Y existe un himno capaz de conmoverme:
el de tu voz susurrándole a mi piel. 

Queda el rastro...

Queda el rastro de tu rostro en mi almohada.

Aún no te has ido. 

domingo, 18 de octubre de 2015

Paul et Virginie

Quien me conoce sabe que perderme por Cádiz es una de mis aficiones favoritas. Durante el tiempo que viví allí descubrí cientos de lugares con encanto a los que no he dejado de regresar. Uno de ellos es el que véis en esta fotografía.


Os presento a Paul et Virginie. Conocida como la fuente de los niños, y ubicada en el Parque Genovés, es un rincón que transmite paz, que te atrae; para mi es casi imposible pasar por allí y no detenerme a contemplarlos.
Hace muy poco que conocí que estos niños tenían nombre. Me enteré gracias al blog Pasión por Cádiz (aquí el enlace: http://estoespasionporcadiz.blogspot.com.es/2012/12/los-ninos-del-paraguas-del-parque-de.html ). Nombre y una historia real; y otra ficticia, la que escribió en 1788 Jacques-Henry Bernardin de Saint-Pierre.

He encontrado el libro y lo he devorado en dos sentadas. Paul et Virginie son dos niños que se criaron en una isla, un entorno prácticamente virgen, después de que sus madres fuesen repudiadas por sus familias. Y esa fue la causa de que todo lo que vivieron fuese tan puro. Hasta su amor. Tampoco entendían de diferencias sociales ni de riqueza. Se dedicaban, simplemente a ser felices. "No tenían días destinados para los placeres ni para las tristezas; todos eran para ellos festivos e iguales", escribe el autor en la novela.

Ahora creo que no hay mejor ubicación en Cádiz para ellos que ese parque. En mitad de la naturaleza en la que conviven de la misma forma en la que vivieron: "no tenían  relojes, ni almanaques, ni libros de cronología, de historia ni de filosofía. Los periodos de su vida se arreglaban por los de la naturaleza: conocían las horas del día por la sombra de los árboles; las estaciones por el tiempo en que dan sus flores o frutos; y los años por el número de sus cosechas".

No tenían grandes conocimientos y, sin embargo, entendieron a la perfección lo que significaba amarse. Suele decirse aquello de 'que no te roce ni el aire'. Puede que el amor sea algo así: no querer que al otro le roce el aire. Ni el agua. Paul et Virginie se protegen aquí de la lluvia; no pudieron, en cambio, defenderse del mar.



Triste final para esta historia, pero como narró su autor: "la naturaleza y el corazón son inagotables". Y ellos, ya de alguna manera, eternos.

jueves, 15 de octubre de 2015

A quien taconeó sobre tu corazón...

A quien taconeó sobre tu corazón hasta dejarlo casi inservible,
dile que ha venido alguien a tocarle las palmas
y le ha dado tanto compás que se ha puesto de nuevo a palpitar.

Me contaron...

Me contaron lo bueno que era leer antes de dormir.
Eso hago ahora.
Leo con mis manos cada centímetro de tu piel.
Y en ella he descubierto la historia 
que quiero descifrar cada noche.

La humanidad está llegando a otros planetas...

La humanidad está llegando a otros planetas
mientras nosotros 
somos incapaces de superar la distancia que hay entre los dos

Hay un momento...

Hay un momento en el que empiezas a echar de más, 
porque ya agotaste todas las formas de echar de menos.

Póngame una hoja en blanco...

Póngame una hoja en blanco y un lápiz
que tengo una herida que cicatrizar

domingo, 11 de octubre de 2015

No vengas solo

No vengas solo.

Trae tus miedos, a ver si con suerte consiguen asustar a los míos.

Ven con tus defectos,
que los vamos a juntar con los míos para presumir de imperfecciones.

Que no falte tu rostro serio antes de gastarme una broma,
que quiero acompañarlo de carcajadas.

Y no me dejes sin la sonrisa serena ante los problemas,
que no se me ocurre mejor lugar que tus labios 
para encontrar la solución a todas las preguntas.