Si hay una cosa que me gusta del verano es la
posibilidad de dedicar gran parte de mi tiempo libre a la lectura. Es un placer
sentarte en la playa y sumergirte en la historia que tienes entre las manos
haciendo caso omiso de todo lo que ocurre alrededor. Después de un año de mucha
lectura intensiva, necesitaba que las páginas de un libro me envolviesen y engancharme
a cada una de las palabras que mi vista es capaz de recorrer.

Un relato, por tanto, que nos lleva a reflexionar sobre la importancia (tan vigente todavía) del "qué dirán" y que nos hace partícipes de la historia cada vez que nos cuestionamos de qué manera actuaríamos nosotros ante las diversas situaciones que se reflejan en la misma.
Aunque he recogido diversas frases de la obra,
me quedo con aquella que decía: “en la vida hay meses enteros sin ningún valor,
y a veces una hora vale un tesoro”.
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