He visto la superluna sobre mar y asfalto;
he contemplado nubes de formas imposibles
que en el horizonte simulaban montañas misteriosas
a las que dirigirse para perderse;
y el cielo, apenas unas horas antes, 7
fue rosa después de ser azul,
y dejó habitar en él una bola de fuego imponente y cegadora.
Y yo, que siempre ando al borde del click
para captar esos instantes, dejé escapar aquellos momentos...
No es que ya no me importe,
es que ahora ando distraída intentando capturar,
de nuevo, tu mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario