domingo, 17 de mayo de 2015

El amor es lo que tiene...

Os miráis fijamente, de esa forma feliz y eterna en la que solo se miran los que viven en ese estado. Apenas es un segundo pero notas que el mundo se para; y mientras este mundo se para, tu cabeza fabrica otro mundo con ventanas al futuro, un futuro al que lo único que le pides es que esté habitado por aquella persona a la que estás mirando (y admirando y queriendo).

El amor es lo que tiene…

Empiezas a conducir por una carretera que no sabes si es secundaria ni hacia dónde va. Pisas el acelerador al ritmo frenético que te dictan los latidos del corazón aunque una parte de ti te diga que frenes, que no conoces a ciencia cierta el destino, que quizás te estrelles. Sin embargo, sigues y haces bien: sabes el lugar en el que hallar los airbags que te salvarán del golpe y conoces las dosis de alcohol que necesitas para curar las heridas. Pero hoy este circuito de velocidad es tuyo y piensas aprovecharlo. Tienes que aprovecharlo como si fuese una oportunidad única, la última ocasión.

El amor es lo que tiene…

Has llegado al precipicio. Y tú que llevas toda la vida escalando sientes de pronto vértigo. “No, no es vértigo”, te dices. Es miedo. Te has quedado paralizada y has empezado a ponerte tiritas aunque no te has hecho ni un rasguño. Esa maldita manía de que asuste tanto la felicidad, de que nos aterrorice justo aquello que solo nos da instantes infinitos…

El amor es lo que tiene…

Pero no vayas a perdértelo.

3 comentarios: