viernes, 12 de julio de 2013

Curriculum

En estos días he estado actualizando mi currículum. Hacía casi un año que no realizaba esta labor y había que completar el apartado de formación académica, experiencia, cursos... Es satisfactoria esta renovación si pienso en los conocimientos adquiridos y en la posibilidad de trabajar en campos hasta ahora desconocidos por mi. Sin embargo, en esos instantes en los que iba incluyendo datos no podía tampoco rehuir de la sensación de incertidumbre y es inevitable preguntarme: ¿y ahora qué? ¿merecerá alguna vez la pena tanto esfuerzo? Quiero pensar que sí. 
En esos momentos me he acordado también de los miles de jóvenes con currículos insuperables que han tenido que hacer las maletas y son ahora la mano de obra de Europa. Quizás vuelvan un día, quizás no.
También he pensado en aquellos que no saben hasta donde podrán completar su formación, ni si quiera si alcanzarán las metas que se habían propuesto porque tal vez no dispongan de los medios para llegar a ellas.
Y, por último, han estado en mi mente aquellos padres y madres que tantos esfuerzos hicieron para que sus hijos estudiasen lo que quisiesen; aquellos que lo único que pretendían era dar "un porvenir mejor". Un porvenir que ya es este presente que nos ha tocado vivir, que nos están arrebatando y donde, a pesar de todo, tenemos que mantener la ilusión, insistir y buscar y aprovechar cada una de las oportunidades que pudiesen presentarse. Sin llegar a conformarnos, es lo que nos queda.  

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