Mañana en la batalla piensa en mi y Corazón
tan blanco fueron títulos que me gustaron tanto que tenía muchas ganas de
encontrar el momento de leer Los
enamoramientos de Javier Marías. Me agrada la manera de escribir de
este autor y he disfrutado mucho con las historias de él que han llegado a mis
manos. No ha sido diferente en este caso, aunque en esta novela tenga un peso
muy importante la propia reflexión del lector (tras los pensamientos que
propone la protagonista María Dolz) y la interpretación que se le dé, o se le
quiera dar, a los acontecimientos narrados.
Predomina por tanto el razonamiento, aunque probablemente lo
más particular de la obra es el tratamiento insólito de temas tan recurrentes
como la muerte (ajena) y el amor (el enamoramiento idílico). Así, y aunque
reconozco que algunas partes resultaron algo densas, es un libro que permite
que quien lo lea vuelva una y otra vez a recordar los hechos que se cuentan y a
pensar en cómo actuaríamos ante ellos o cómo los valoraríamos en nuestra vida
cotidiana; y más importante aún: la consideración que debemos dar a las causas,
las consecuencias y la forma en la que suceden (o decidimos que sucedan) las
cosas.
Y de las muchas frases que he anotado de esta obra, me quedo
con este pensamiento: “la horrible fuerza del presente aplasta más el pasado
cuanto más lo distancia y además lo falsea sin que el pasado pueda abrir la
boca, protestar ni contradecirlo ni refutarle nada”.
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